viernes, 26 de junio de 2009

San Juan Bautista


Ofrecemos nuestra traducción de un artículo de Manuel Nin, para L’Osservatore Romano, sobre la natividad de san Juan bautista en la tradición bizantina.***La figura del profeta y “precursor” (pródromos) Juan Bautista es una de las más celebradas en la tradición litúrgica bizantina. Como para Cristo y María, se celebra la concepción (23 de septiembre), el nacimiento (24 de junio) y la muerte (el martirio, la decapitación, el 29 de agosto). El Bautista es recordado, luego, el 7 de enero, inmediatamente después de la fiesta del Bautismo de Cristo, según la praxis de las liturgias orientales por la cual el día siguiente a una gran fiesta celebran al personaje por medio del cual Dios lleva a término su misterio de salvación. Se celebra también el hallazgo de las reliquias (la cabeza) de Juan, mientras que cada martes la Liturgia lo conmemora de modo especial.
Las celebraciones de la concepción, del nacimiento y de la muerte ponen al Bautista junto a Cristo y a la Madre de Dios, y esto se refleja también en la iconografía: el Déisis es el ícono de los grandes intercesores, María y Juan, con Cristo representado como el rey sentado sobre el trono de gloria, que tiene a la derecha a “la reina vestida con un manto de oro multicolor” y a la izquierda al Precursor, el ángel que le prepara el camino y que lo anuncia e indica como “el cordero de Dios”.
El oficio de la fiesta recoge troparion compuestos por los grandes iconógrafos bizantinos Juan Damasceno y Andrés de Creta y por la monja Casiana (siglo IX), única mujer himnógrafa en la tradición bizantina que nos ha dejado también bellísimos textos para el miércoles santo y el sábado santo. Toda la liturgia del día subraya cómo el nacimiento de Juan Bautista es el inicio del anuncio de la salvación que llegará con el nacimiento de Cristo: “Juan, naciendo, rompe el silencio de Zacarías, porque no convenía que el padre callase al nacimiento de la voz”.
Los títulos dados a Juan están siempre relacionados con Cristo: “Lámpara de la luz, rayo que manifiesta el sol, mensajero del Dios Verbo, paraninfo del esposo”. Varias veces los textos litúrgicos lo llaman “óptimo hijo y ciudadano del desierto”, mientras que la tradición monástica de Oriente y Occidente tendrá siempre gran estima por el Bautista en su dimensión de soledad y de ascesis en el desierto. Y aún en varios textos la liturgia presenta a Juan sirviéndose de imágenes por contraste: “Brote de la estéril, alba que anticipa el sol”.
El final de la esterilidad de Isabel es presentado como tipo y prefiguración de la fecundidad de la Iglesia; aquella dará a luz al Bautista, ésta da a luz a los hijos en el bautismo. El rol que los textos dan a Juan es el de intercesor ante Cristo, voz que lo anuncia, ángel que lo precede y prepara el camino; por eso, también la iconografía del Bautista muy frecuentemente lo presenta con las alas del ángel. Él es el ángel, el soldado que precede al rey, como lo canta Casiana en el oficio vespertino de la fiesta: “Precediendo como soldado al rey celestial, realmente allana los senderos de nuestro Dios, hombre por naturaleza pero ángel en cuanto al modo de vida; abrazadas la castidad perfecta y la templanza, las poseyó según naturaleza”.
Diversos troparion ponen en paralelo, con un fin claramente cristológico, el nacimiento del Bautista y el nacimiento de Cristo, nacimiento de la voz y nacimiento del Verbo, nacimiento de una estéril y nacimiento de una Virgen; el del Bautista no ocurre sin concurso humano, mientras que el de Cristo ocurre de la Virgen sin concurso humano: “Celebramos al precursor del Señor, que Isabel ha dado a luz como madre estéril, pero no sin semilla: Cristo sólo, de hecho, ha atravesado una tierra no transitable y sin semilla. A Juan lo ha generado una estéril pero no sin hombre lo ha dado a luz; a Jesús lo ha dado a luz una Virgen pura, cubierta con la sombra del Padre y del Espíritu de Dios”.
El ícono de la fiesta retoma el del nacimiento de la Madre de Dios, y con muchas semejanzas el del nacimiento de Cristo. En la parte superior, Isabel está tendida en el lecho, después de haber dado a luz al niño, en la misma disposición que Ana en el ícono del nacimiento de María, y de ésta en el ícono del nacimiento de Cristo. Las tres mujeres en los tres íconos son símbolo de la fecundidad de la Iglesia por medio del bautismo. En el ángulo inferior vemos diversas mujeres que lavan al recién nacido, escena que encontramos también en los íconos de los nacimientos de María y de Cristo. En los tres, el recién nacido es lavado en una jofaina, con una simbología ligada al bautismo.
En un ángulo, Zacarías escribe en una tablilla el nombre del recién nacido, Juan. También Joaquín y José ocupan un ángulo en los íconos del nacimiento de María y de Cristo, el primero en una actitud de contemplación del misterio y el segundo representando en sí mismo el asombro de la humanidad frente al misterio de la encarnación. Aquel que es “profeta de Dios y precursor de la gracia”, que anuncia y precede el don de Cristo, lo celebramos hoy en el misterio del nacimiento de una pareja de ancianos, avanzados en los años pero hechos fecundos por la gracia del Espíritu, que de la vejez y de la esterilidad hace fructificar la verdadera alegría.

miércoles, 29 de abril de 2009

Avisitos Parroquiales

Reunion de Pastoral de la Salud.
El SABADO 2 DE MAYO 16 HS nos reuniremos en el Salon Santa Bernardita para coordinar la visita a enfermos. ¡Te esperamos!

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Accion Católica: El area adultos comienza sus reuniones el viernes 8 a las 18 hs. Preguntar por Gladys. Los esperamos!

viernes, 10 de abril de 2009

santo triduo pascual.

Traducción del artículo publicado por el Padre Matias Augé sobre la historia del Sagrado Triduo Pascual.
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Los primeros testimonios explícitos de la celebración anual de la Pascua son de la mitad del siglo II y provienen de las Iglesias de Asia Menor que celebraban la Pascua el 14 de Nisán, día en que los judíos tenían prescrito inmolar los corderos. Estos cristianos, llamados precisamente “cuartodecimanos”, convencidos de que la muerte de Cristo había sustituido el Pesah judaico, celebraban la Pascua ayunando el 14 de Nisán y terminaban el ayuno con la celebración eucarística que tenía lugar al final de la vigilia nocturna entre el 14 y el 15 de Nisán. Las otras iglesias, guiadas por Roma, celebraban la Pascua el domingo después del 14 de Nisán.
Eusebio de Cesarea (+ 339-490) nos informa en su Historia Eclesiástica (5, 23-25) que esta diversidad de fechas provocó una seria controversia entre Roma y las Iglesias del Asia Menor, polémica que llegó a su culmen en tiempos del papa Víctor (193-203). La controversia no consistía en el dilema de si la Pascua recuerda la muerte o si en cambio recuerda la resurrección de Cristo sino en el dilema de si la Pascua debía ser celebrada en el día de la muerte o en el día de la resurrección de Cristo. Es de notar que, en el curso del siglo III, se impone la fecha dominical de la Pascua.
Las más antiguas fuentes que testimonian la celebración anual de la Pascua provienen del área del Asia Menor y son: la Epístola de los Apóstoles, texto apócrifo escrito en torno al 150; la homilía Sobre la Pascua de Melitón de Sardes, del año 165 aproximadamente; una homilía Sobre la Santa Pascua de un Anónimo cuartodecimano de fines del siglo II; más otros textos menores. En estos documentos, la celebración de la Pascua se presenta esencialmente como un ayuno riguroso, generalmente de dos o tres días, seguidos de una asamblea nocturna de oración y lecturas (aparece la lectura de Ex. 12: la inmolación del cordero pascual), concluida luego por la celebración eucarística.
En Occidente, los testimonios sobre las celebraciones pascuales son escasos en los primeros cuatro siglos; luego, en cambio, en los siglos V-VII, son más abundantes. San Ambrosio (+397) y san Agustín (+430) hablan del “triduo sacro” (o “sacratísimo”) para indicar los días en que Cristo ha sufrido, ha reposado en el sepulcro y ha resucitado. En cuanto a la celebración del Triduo sacro en Roma, cerca del año 416, una carta del papa Inocencio I al obispo Decenzio de Gubbio, aunque no habla de “triduo”, menciona una celebración especial de la pasión el viernes y de la resurrección el domingo, y también el ayuno del viernes y del sábado. Este mismo documento testimonia que el jueves antes de Pascua no hacía referencia alguna al Triduo sacro pero era el día de la reconciliación de los penitentes. Luego, en el siglo VII, la reconciliación de los penitentes es insertada en el marco de una Misa matutina celebrada en los Títulos romanos (cfr. Sacramentario Gelasiano, nn. 352-367). El mismo Gelasiano (nn. 391-394) es testigo de una segunda Misa, que inicia desde el ofertorio, celebrada en la tarde del jueves en los Títulos, cuyo tema central es la doble “entrega” (= traditio): la entrega que Judas hace de Jesús a sus enemigos, y la entrega que Jesús hace de sí mismo a los discípulos en la Eucaristía. En la Basílica lateranense, en cambio, el Papa celebra a mediodía una Misa conmemorativa de la Cena del Señor, en el curso de la cual son bendecidos el crisma y los oleos (cfr. Gelasiano, nn. 375-390; Gregoriano nn. 328-337).
El Pontifical Romano-germánico del siglo X conoce sólo la Misa crismal (n. XCIX, 222) y la de la tarde (n. XCIX, 252) anticipada ya a la hora tercia, y coloca la reconciliación de los penitentes antes de la Misa crismal (n. XCIX, 224). Los libros litúrgicos del siglo XIII y el Misal Romano pos-tridentino de 1570 tienen sólo el formulario correspondiente a la Misa que recuerda la institución eucarística. La confección del crisma y la bendición de los óleos tienen lugar en las catedrales y son reportadas por los Pontificales (cfr. Pontifical Romano de 1596, Parte III). En el siglo XVI, la única Misa del Jueves santo ya ha sido anticipada a la mañana. Con respecto a la conservación y adoración del Santísimo Sacramento en el Jueves santo, las primeras manifestaciones las encontramos en los siglos XII-XIII (recordemos que en 1264 Urbano II instituyó la fiesta del “Corpus Domini”). La centralidad que progresivamente adquiere la adoración de las especies sacramentales en la piedad del pueblo cristiano es uno de los elementos decisivos que hará del Jueves santo un día del Triduo sacro.
El Viernes santo en Roma, en el siglo V, según las homilías de san León y la ya citada carta del papa Inocencio I, se celebra exclusivamente una liturgia de la Palabra. A mitad del siglo VII, la liturgia papal nos ha transmitido sólo las oraciones solemnes que pertenecen a la liturgia de la Palabra (cfr. Gregoriano, nn. 338-355). En la misma época, en las iglesias presbiterales de los Títulos, la liturgia de la Palabra es unida a la adoración de la Cruz y a la comunión de todos los participantes con pan y vino consagrados el día anterior (cfr. Gelasiano, nn. 395-418). En los libros litúrgicos de la alta Edad Media, la comunión no es practicada siempre. En los libros litúrgicos del siglo XIII, está prescrita sólo la comunión del Pontífice. Surgirá así la costumbre que reservará la comunión únicamente al presidente de la celebración. Esta norma pasa al Misal de Pío V de 1570 y permanece en vigor hasta la reforma de Pío XII de 1956, que permitirá de nuevo la comunión de todos los participantes.
El Sábado santo fue originariamente un día alitúrgico, dedicado a la oración, a la penitencia y al ayuno.
Momento culminante y núcleo del que ha nacido el Triduo Sacro es la Vigila pascual. En el siglo VII, tiene una rica estructura ritual basada en tres elementos fundamentales: celebración de la Palabra, celebración del bautismo y celebración eucarística (para la liturgia papal: Gregoriano, nn. 362-382; para la liturgia de los Títulos presbiterales: Gelasiano, nn. 425-462). Es de notar que la liturgia de los Títulos inicia con el encendido y bendición del cirio pascual, rito que es acogido sólo más tarde en la liturgia papal. La celebración de la Vigilia tiende cada vez más a anticiparse a las horas de la tarde hasta que con el Misal de Pío V de 1570 es fijada en la mañana del sábado. En este contexto, aparece y se consolida la Misa del domingo de Pascua: el Gelasiano (nn. 463-467) y el Gregoriano (nn. 383-391) ofrecen cada uno un formulario dominical en el cual la resurrección es presentada como parte del único misterio pascual. Las fuentes posteriores hablarán ya de domingo “de Resurrección”. Respecto al ordenamiento de las lecturas bíblicas de la Vigilia pascual, los autores no están de acuerdo en la interpretación de los datos provistos por los antiguos Leccionarios y Sacramentarios. Según la opinión más común, la antigua liturgia romana conocía dos esquemas de lecturas: uno que forma parte del Gregoriano (nn. 36-372) con cuatro lecturas del Antiguo Testamento más dos del Nuevo, y otro que forma parte del Gelasiano (nn. 431-443) con diez lecturas del Antiguo Testamento más dos del Nuevo. Posteriormente, en el Misal Romano de 1570, las lecturas llegarán a ser hasta doce del Antiguo Testamento más dos del Nuevo. La reforma de Pío XII de 1956 reduce las lecturas y conserva las dos del Nuevo (Col. 3, 1-4; Mt. 28, 1-7).
El Triduo Sacro forma parte de lo que hoy llamamos Semana Santa, la cual tenía ya en los siglos VI-VII su propia personalidad celebrativa, cuyo núcleo central es la pasión del Señor, tema que en los antiguos Sacramentarios da el nombre al domingo que precede al de Pascua. El rito de los Olivos, que en Jerusalén caracterizaba este domingo en la segunda parte del siglo IV, llegará a Roma sólo a fines del siglo X.
Concluyendo, notamos que en el progresar del medioevo se verifican algunos desarrollos en la celebración del Triduo Sacro que resquebrajarán cada vez más la armonía y unidad primitivas. Se verifica sobre todo una cierta descomposición de la unidad teológica de la pasión-muerte-resurrección en beneficio de la pasión-muerte del Señor que, entre otras cosas, se puede “representar” mejor. Surge además una tendencia a hacer la liturgia drama sagrado en la misma acción litúrgica y en las manifestaciones folklóricas que la acompañan y prolongan.
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Fuente: Messainlatino.it
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

martes, 24 de marzo de 2009

Miremos al crucificado.

San Pablo resume su predicación del evangelio de salvación en esta frase: “Nosotros (cristianos) predicamos a Cristo crucificado: sabiduría de Dios y fuerza de Dios” (I Cor. 1, 22-25). “Les presenté claramente a Jesucristo clavado en una cruz” (Gal.3, 1). “No se dejen confundir y seducir para pasarse a otro evangelio, porque otro evangelio no hay”.(Gal. 1, 6-7). Pablo “no puede presumir sino de la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para él y él para el mundo” (Gal. 6, 14). “Estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí...Vivo creyendo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gal. 2, 19-20).Pablo pone su “orgullo en la persona de Jesucristo, en lugar de confiar en sí mismo o en sus méritos” (Fil.3, 3).”Nada vale la pena comparándolo con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. POR Él sacrifico todas las cosas; todo lo tengo por estiércol, con tal de ganar a Cristo y vivir unido a Él, obteniendo una salvación que no procede de la Ley sino de la fe en Cristo: salvación obrada por Dios y fundada en la fe…Quiero conocer a Cristo y experimentar el poder de su Resurrección, y compartir con Él sus padecimientos hasta asemejarme a Él en su muerte, para así lograr con Él la Resurrección de entre los muertos” (Fil. 3, 8-11). El Evangelio de San Juan coincide plenamente con lo que Pablo expresa sobre Cristo muerto en Cruz, aunque usa imágenes y otros términos. Desde un comienzo anuncia que “Cristo debe ser levantado en alto, como Moisés levantó la serpiente en el desierto” (Juan 3, 14-15), y que “quien levanta con fe la mirada hacia Él, tendrá salud”. Cuando Jesús pendiendo muerto de la cruz es rematado por la lanza que perfora su costado, se nos recuerda esta palabra de la Escritura (Zac. 12, 10) “Mirarán al que traspasaron” (Juan 19,37). Creo que es muy aclarador el episodio de la serpiente de bronce levantada por Moisés en un asta, y que se relata en Números 21, 4-9. ¿Por qué debió ponerse una serpiente de bronce en un palo, bien visible a los ojos de toda la comunidad?...Era costumbre antiguamente colgar la cabeza de un enemigo vencido o el cuerpo de un criminal ajusticiado de la muralla de la ciudad, como tótem de victoria (ver Judith 14, 11, donde cuelgan la cabeza del terrible Holofernes de la muralla); como testimonio inequívoco de su muerte y derrota; también para dar oportunidad de burlarse del enemigo o bandido que infundía tanto miedo y ahora ya no puede hacer más; seguramente también como signo de escarmiento…. En el desierto murieron muchas personas por las mordidas de las serpientes venenosas, que invadieron el campamento como castigo por las murmuraciones y rebeldía de los Israelitas contra Dios y Moisés. Suplicaron entonces a Moisés que intercediera por el pueblo pecador. Y Moisés logró apaciguar la ira de Dios, que les dio como remedio este consejo: “coloquen una serpiente de bronce en un asta, y todos los que fueron mordidas por las culebras quedarían curados, si miran con fe hacia la serpiente” (Num. 21, 19). La serpiente puesta en alto a la vista de todos significa: ¡miren no más!: la serpiente está muerta, es animal muerto. Ya no se mueve, no le tengan miedo. ¡Mírenla no más! Créanme: ya no tiene ningún poder para dañar, no representa ningún peligro. ¡Mírenla con esa fe y confianza! Cuando Jesús está levantado en alto, en la cruz “atraerá todas las miradas hacia sí” (Juan 12, 32). Juan 19, 5 no deja duda que este Cristo representa a todo el género humano: “He aquí al hombre”.Jesús clavado en cruz representa al “hombre viejo” con sus vicios e inclinaciones desordenadas, de que habla san Pablo. Dios cargó sobre Él toda la maldad del mundo, lo hizo como personificación de todo pecado. “A quien no cometió pecado, Dios lo hizo por nosotros reo de pecado, para que gracias a Él nosotros seamos transformados por Dios en salvados”. (II Cor. 5, 21).Su muerte entre dos bandidos lo simboliza bien (Luc. 22, 37 / 23, 39-43).Sí “Lo contaron entre los malhechores”. Este idea o concepto proviene de Isaías Cap. 53: “No tenía gracia ni belleza, para que nos fijáramos en él; tampoco aspecto atrayente para que lo admiráramos. Fue despreciado y rechazado….Como alguien a quien no se quiere mirar. Sin embargo él llevaba nuestros sufrimientos, soportaba nuestros dolores. Nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado….Pero eran nuestras rebeldías las que los traspasaban, nuestras culpas las que lo trituraban. Sufrió el castigo para nuestro bien, con sus heridas nos sanó….El Señor cargó sobre él todas nuestras culpas y extravíos. Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron por los pecados de mi pueblo, lo enterraron entre los malhechores, aunque él no cometió ningún crimen. Mi siervo, el justo, traerá a muchos la salvación, cargando con las culpas de ellos. El cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores. Pero por haberse entregado a la muerte y haber compartido la suerte de los pecadores, por eso se le dará un puesto de honor entre los grandes, participará del triunfo de los poderosos”. Sí, Cristo murió por todos. Y esto significa que “todos han muerto” (II Cor. 5, 14).Pero esto trae consigo también, que ahora “han de vivir para Él y no para sí mismos”. Y Viviendo en Cristo son como Él y con Él “una nueva criatura. Lo viejo ha pasado; algo nuevo ha comenzado”. (II Cor. 5, 14-17). Cristo levantado en alto, clavado en cruz proclama: que el hombre viejo con sus pecados está muerto! Verlo así ha de llegar a ser: un mirarlo con fe: que el poder del pecado está quebrado y ya no nos puede tiranizar. Hay que ATREVERSE a mirarlo. Y no actuar como el publicano que fue al templo a orar y no atrevía a levantar los ojos al cielo (Luc. 18, 13). Sí, hemos de atrevernos a mirar al Crucificado, con profunda gratitud y confianza. Sin avergonzarnos. Con total confianza, porque este Hombre derrotado es un Triunfador, que perdona y promete el Paraíso hoy mismo. Con fe grande. Porque tiene su Corazón abierto de donde hace brotar torrentes de sangre y agua, símbolos de la gracia divina de reconciliación y regeneración. Creyendo que el valor inapreciable de su sacrificio es nuestro, porque estábamos incluidos en Él cuando murió. Atreverme a mirar al Crucificado me desafía a confiar en Él: Que realmente mis pecados fueron pagados, y que el pecado ya no me puede dominar. Mirar al Crucificado me compromete a vivir sin pecados, en santidad. El Crucificado fue resucitado al tercer día y puesto en gloria y poder sobre cielo y tierra. Es fuerza y vida nueva Y Él renueva mi vida. Por el bautismo me configuré con Cristo que murió y fue sepultado…Fue sepultado en un sepulcro nuevo, que soy yo. En el mismo momento de soltarme y deponer mi propio afán y autosuficiencia, Él entró en mí, tomó posesión de mí, me integró en su propia Persona como miembro, y empezó a vivir en mí, siendo Señor. Ahora revive su vida en mí. Soy extensión de Cristo, soy otro Cristo vivo en el mundo de hoy. Libre, sin ataduras de pecado; santo, lleno de alegría pascual, de amor y de Espíritu santo. La cruz y la muerte sin la Resurrección no tienen ningún sentido. Es pura absurdidad. Si Cristo no hubiera resucitado seguiríamos inexorablemente perdidos. Y si nuestra esperanza en Él no fuera más allá de esta vida, seríamos los más desdichados y miserables de todos los hombres (I Cor. 15,19) P. Cornelio Fouchier M.S.F.

martes, 17 de marzo de 2009

Te recibo con la cordialidad de Cristo.

¿A quién no le gusta ser bien-venido?

“Al ver a los tres hombres, Abraham corrió a su encuentro desde la puerta de la carpa, e inclinándose, dijo:
-Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu servidor.” (Gn 18, 2-3)

Según la enseñanza de la Iglesia, fundamentada en la Palabra de Dios, las parroquias son comunidades cristianas presididas por el párroco en las que:

* se celebra el culto divino,

*se vive la misión evangelizadora y

* la comunión fraterna que brota del encuentro con Jesucristo.

Estas finalidades se llevan a cabo con agentes pastorales, nuestra principal riqueza, en tiempos y lugares determinados.


Hablemos de los lugares

Cuándo viene alguien a visitarte a tu casa, si dispones de los espacios adecuados:

¿Lo recibirías en el dormitorio o en la cocina?
¿No lo harías en otro lugar más apropiado?

Así también:

en tu parroquia, son necesarios algunos espacios para recibir cordialmente al que se acerca para hacer alguna consulta o algún trámite, o para conversar con el sacerdote.

Más aún, si la persona que viene quiere reconciliarse sacramentalmente, es necesario que, en el templo, haya un ámbito religioso y reservado donde se pueda celebrar dignamente el Sacramento.

Día a día estamos construyendo nuestra comunidad en número y también en el orden espiritual.

Pero tenemos que seguir creciendo en la construcción de espacios físicos para cumplir las finalidades de toda parroquia.

El lema de nuestra propuesta es:

“¡Te recibo con la cordialidad de Cristo!”

Para que en la nueva etapa que estamos viviendo los católicos en “La Unión” podamos decir esto con más fuerza:

* Necesitamos transformar la actual secretaría en una capilla para la Reconciliación o Confesionario.

* Necesitamos también edificar las dependencias de recibimiento cordial que nos faltan; ellas son:
-la sala de espera,
-el lugar de atención del sacerdote y
-la secretaría parroquial.

* En etapas sucesivas, proyectamos también llevar a cabo una nueva sacristía, más funcional que la que tenemos, yuna capilla doméstica que podrá ser usada especialmente en las misas diarias durante el invierno.

Tus ganas de colaborar se pusieron de manifiesto en la construcción y refacción del espacio donde ahora funciona la casa del párroco.
Confiamos en que también asumirás este desafío con el mismo o con mayor entusiasmo.

Presbítero Gustavo M. Fernández Cáceres y Consejo de Asuntos Económicos

martes, 10 de marzo de 2009

La Pitonisa de Endor.

Publicamos el artículo que ha escrito monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de Palencia, sobre esoterismo, horóscopos, y otras formas de adivinación.
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Supongo que el título elegido para este artículo puede resultar extraño para algunos lectores. La pitonisa de Endor es un personaje bíblico, que aparece en el capítulo 28 del Primer Libro de Samuel. La historia bíblica narra que el rey Saúl, aterrado ante la inminencia del ataque del ejército filisteo, y no sabiendo qué hacer, recurrió furtivamente a consultar a una adivina, la pitonisa de Endor, a pesar de que, anteriormente, él mismo había ordenado expulsar del país a todos los nigromantes y videntes. La desconfianza, y aquel silencio de Dios que le resultaba insufrible, hicieron que el rey Saúl cayera en la tentación de acudir al método de adivinación que él mismo había reprobado para sus súbditos. Es un pasaje bíblico de un gran dramatismo que, acaso, tiene más actualidad de la que cabe suponer (1Samuel 28). De horóscopos, tarots y mediums No estamos ante un hecho menor... Baste comprobar que muchos medios de comunicación, ante la disminución de la publicidad comercial, están recurriendo al negocio esotérico para salvar sus maltrechos balances. A diferencia de lo que ocurre en otros ámbitos de la economía, los momentos de crisis son la ocasión propicia para que algunos hagan fortuna, explotando los miedos, supersticiones, angustias y ansiedades de los que sufren.He aquí uno de los contrastes más llamativos de esta cultura occidental, que tanto alardea de no aceptar más dogma que las ciencias experimentales. Estamos ante uno de esos fenómenos inconfesables, que tienen mayor incidencia que la que estamos dispuestos a declarar en público. La ideología laicista y positivista se siente incómoda a la hora de reconocer esta paradoja: vivimos en una sociedad materialista, que hace alarde de su increencia, pero que, sin embargo, termina construyendo su peculiar "espiritualidad" a base de recetas esotéricas.El esoterismo y el ateísmo son dos cosmovisiones con muchos vasos comunicantes. En el fondo y en la práctica, la superstición es tan contraria a la fe, como lo es el ateísmo. Queda patente que la "credulidad" y la "increencia", lejos de ser dos fenómenos opuestos e incompatibles, son dos ramas de un mismo tronco: la desconfianza en Dios.El hombre moderno recurre al intento de adivinación del futuro, para liberarse de sus incertidumbres y aplacar sus miedos. Estamos ante una nueva edición del mismo pecado de desconfianza de Saúl. El auténtico antídoto contra esta tentación lo hemos recibido de Jesucristo: "La actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto" (Catecismo de la Iglesia Católica 2115).El consejo que la tradición cristiana atribuye a San Ignacio es muy significativo: "Haz las cosas como si sólo dependiesen de ti, y luego espera y confía como si sólo dependiesen de Dios". De rumores, filtraciones y cotilleos... Aunque se trata de un "género inferior", los rumores, filtraciones y cotilleos pertenecen a la misma especie del esoterismo; o, cuando menos, son "parientes". Se trata de una tentación que está bien reflejada en el refrán que dice: "La información es poder". Es indudable que existe en nosotros una atracción morbosa hacia las "informaciones privilegiadas" o las noticias "en exclusiva". Los motivos pueden ser diversos: desde el deseo de protagonismo, hasta el ansia de curiosidad o el intento de superar las incertidumbres. Lo cierto es que ese afán desmedido de novedades, genera fácilmente una dinámica que nos aboca a multitud de "cotilleos", "vaticinios", "rumores", "filtraciones", "suposiciones"...Sin embargo, no es verdad que el acceso a determinados "secretos" nos preserve del riesgo de cometer errores. Muchas veces sucede lo contrario: cuanto más dispersos y ávidos de novedades estamos, más descentrados y alejados vivimos de nuestra propia realidad y del momento presente.La conclusión que extraemos es clara: La fidelidad a la verdad exige la renuncia a la pretensión de conocer y controlarlo todo. En esta cultura tan marcada por la ansiedad, me atrevería a destacar la importancia de los siguientes rasgos de madurez: Callar sobre lo que no se sabe; renunciar a curiosidades indiscretas que no son de nuestra competencia; no hablar de los ausentes, y si fuera necesario, hacerlo con discreción; renunciar a ejercer de profetas sin serlo; no preocuparse a destiempo; relativizar los problemas; practicar el "santo abandono"...He aquí una oración inspirada en los escritos de San Pío de Pietrelcina, muy adecuada para todos aquellos que, como Saúl, estamos tentados -de una u otra forma- a acudir a la pitonisa de Endor: "Señor, el pasado lo arrojo a tu misericordia. El futuro lo confío a tu providencia. Y sólo me reservo el momento presente para vivirlo y ofrecértelo en intensidad de amor".

miércoles, 4 de marzo de 2009

¿Por qué no ayunas?

Marcos 2 (ver también Lc 5, 33-39; Mt 9, 14-15) 18
Como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vienen y le dicen: «¿Por qué mientras los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, tus discípulos no ayunan?» 19 Jesús les dijo: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Mientras tengan consigo al esposo no pueden ayunar. 20 Días vendrán en que les será arrebatado el esposo; entonces ayunarán, en aquel día.

Jesús nos dio el ejemplo al ayunar cuarenta días en el desierto (Mt 4, 2) y en otras ocasiones. No se conocen Santos que no hayan ayunado. El ayuno agrada y sirve a Dios: Lucas 2 37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. El ayuno potencia el poder de intercesión de la oración: Hechos 14 23 Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. Ver también Hc 13,2-3; 27,9-10)
A los seres humanos nos conmueve una huelga de hambre. ¿Por qué? porque sentimos en carne propia el hambre ajeno, porque el dolor nos mueve a la compasión (pasión con). De la misma manera, a Dios se le mueven las “entrañas de Misericordia” (Lc 1,76-79) cuando escucha los gritos de hambre de nuestros estómagos que acompañan nuestra humilde petición. Ya en el siglo I, la Didajé, la Doctrina de los Apóstoles, cuenta que los verdaderos Cristianos, debieran ayunar los miércoles y viernes, rezando al menos un Padrenuestros tres veces al día: “No ayunaréis juntamente con los hipócritas, que ayunan el segundo y el quinto día de la semana. Vosotros ayunaréis el día cuarto y el de la preparación. Tampoco hagáis vuestra oración como los hipócritas, sino, como lo mandó el Señor en el Evangelio, así oraréis:Padre nuestro... Oraréis así tres veces al día.”Nota: los hipócritas eran los fariseos (Lc 18,12) Se ayuna los Viernes por la Pasión de Cristo en ese día. Agradeceríamos si alguien pudiera explicar qué significado tiene el miércoles? ¿qué hecho se rememora los miércoles? (no es casualidad que la cuaresma comience un miércoles de ceniza). Muchas órdenes religiosas ayunan los miércoles y viernes, e incluso los sábados, día de la Virgen (también agradeceríamos saber el porqué), como las Faustinas (congregación fundada por Santa Faustina siguiendo el pedido de Jesús). Otras órdenes más estrictas como los mínimos ayunan los 365 días del año (pero incluyen pescado y verduras). Hay decenas de citas sobre ayunos en el antiguo testamento, ya sea como penitencia por los pecados como, para evitar la automaldición del pecado o para agradar a Dios.
En Medjugorje la Virgen nos recuerda una tradición establecida por Dios para TODO su Pueblo. Durante la víspera de la gran fiesta de Su Asunción, el 14 de agosto de 1984, en Medjugorje, la Santísima Virgen dio, por medio del vidente Ivan Dragicevic, el siguiente mensaje: "Quisiera que el mundo orara por Mí en estos días, y lo más posible. Que ayune los miércoles y viernes. Que rece cada día cuando menos el Rosario: los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos" (S. Barbaric: "Ora con el corazón", Medjugorje 1994, pág. 57). Esto fue antes de la inclusión de los misterios luminosos. Ahora habría que incluirlos a la petición de la Virgen.
¿Por qué la Virgen nos recuerda el ayuno en estos tiempos? Como ya vimos el pedido de ayuno en realidad siempre estuvo vigente, pero el valor reparador del auto-sacrificio y la mortificación sumado al de Cristo en la Cruz, fue olvidado en las últimas décadas. Por otra parte, nunca se pecó tanto como ahora. Pecados gravísimos como el sexo no abierto a la vida, el sexo fuera del matrimonio de por vida, el aborto (todos los mal llamados anticonceptivos son en realidad abortivos), la actividad homosexual, la desidia en ocuparse de los pobres, faltar a la Misa dominical, en fin, el despreciar totalmente el amor de Dios… son pecados cada vez más comunes y claman al cielo por la auto-maldición material y espiritual que trae aparejada cada pecado. Si queremos evitar o al menos mitigar la automaldición de nuestras vidas, debemos ofrecer reparación. La Misa es el sacrificio perfecto que sostiene al mundo, pero además queremos mostrarle a Dios que lo amamos con algo que duela, porque con el dolor cooperamos en la salvación de las almas y somos corredentores: el amor se muestra en el dolor. Con cada pecado nos atamos con un lazo hacia Satanás (o si es pecado mortal, una cadena). La confesión los rompe y nos fortalece en ese punto débil/enfermo, pero puede quedar una herida, una debilidad, un vicio. El ayuno ofrecido a Dios, ayuda a reparar la herida que nos auto-infligimos en nuestro corazón al pecar y nos libera de la dependencia. Además, desaparece el apetito desordenado y porque tenemos más fuerza espiritual para moderarnos en todo. Por ejemplo, si regularmente caemos en gula y ‘necesitamos’, como si fuera droga, algún alimento superfluo (algo dulce, algo salado, golosinas, gaseosa, café, comer hasta la saciedad), el ayuno ayuda a romper con ese y otros pecados (incluso los sexuales), siempre que vivamos en Gracia y con vida sacramental (confesión y Eucaristía). El ayuno con oración nos da gracias especiales. Jesús dijo que algunos demonios sólo pueden ser expulsados con el ayuno y la oración (Mc 9,29) El ayuno nos ayuda a entender lo que es sufrir el hambre AHORA y dejar las excusas como “yo no doy dinero a los pobres, que trabajen, si se acostumbran a la limosna serán vagos toda su vida”... sin comprender que a veces lleva tiempo conseguir trabajo mientras el hambre es AHORA. Es importante dar a los pobres, por amor a Dios y al prójimo, el dinero que se ahorre en alimentos por el ayuno (y el del tratamiento de adelgazar!). La limosna borra muchos pecados (leer Tobías) y nos preserva de caer en ellos (Cura de Ars). El ayuno nos ayuda a valorar más la comida. Comprendemos mejor que es un don de Dios que no debe ser desperdiciado, más allá de nuestro trabajo como causa segunda. Nos servimos menos en el plato para no tener que tirar nada. Si algún día de ayuno nos damos cuenta que daríamos lo que fuera por un poco de sobras, las comeremos al día siguiente como un verdadero manjar, sin protestar. La dieta Católica Aunque en general los efectos del ayuno en la silueta son notables, el ayuno no es el ‘nuevo’ método para adelgazar, pero sí funciona en ese sentido, quitando el apetito desordenado y llevando al cuerpo al peso ideal. Si realmente ofrecemos el ayuno POR AMOR A DIOS, en reparación del daño que los pecados propios y ajenos hacen a los Sagrados Corazones de Jesús y María, la pérdida de peso se dará por añadidura. "Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura." (Mateo 6, 33) “Prueben y vean qué bueno es el Señor”! (Salmo 33,9) Típicas objeciones al ayuno 1. “Si ayuno estaré débil y no podré trabajar.” San Calixto “ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando los perseguidores lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo, lo echaron a un oscuro calabozo, esperando que se desesperaría por hambre. Pero después de unos días lo encontraron muy tranquilo. Le preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin comer ni beber y les dijo: "Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz de resistir sin desesperarme". San Pedro de Alcántara: estaba acostumbrado a comer sólo cada tres días y a veces pasaba una semana sin comer y permanecía en éxtasis y oración profunda.” “Mi carne es verdadero alimento y mi sangre verdadera bebida” (Juan 6,55) Existen testigos históricos de que San Nicolás de Flüe se alimentó sólo con la Eucaristía durante un período de 19 años y medio. También está documentado, incluso por la policía anticatólica de José Bonaparte, que la beata estigmática Anna Katharina Emmerick se alimentaba sólo por la Eucaristía (12 años). Marta Robin, mística francesa, fundadora de los Foyer de Charité (Hogares de la Caridad), que vivió muchos años sin comer, también vivió recibiendo solamente la Eucaristía diaria. Algunos links interesantes sobre ella: http://www.foyerperu.com/funda.htm http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=499&capitulo=6367 http://es.geocities.com/madre_de_gracia/trece.html También se alimentaron solo de la Eucaristía: · Santa Lidwina · Santa Catalina de Siena · Beata Angela de Foligno · Luisa Lateau en Bélgica durante 12 años Más recientes: También, la estigmática Marie-Theres Neumann, ha vivido años sin siquiera probar bocado excepto la Eucaristía… La judía conversa en carmelita Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) quien murió mártir en la cámara de gas de Auschwitz junto a miles de judíos mártires. La Beata terciaria salesiana Alexandrina Maria da Costa, también conocida como la Santa de Balasar, cerca de Fátima, Portugal, vivió sin comer ni tomar agua: sólo una Eucaristía diaria desde el 27 de marzo de 1942 hasta su muerte el 13 de octubre de 1955 (13 años y medio). En 1943, durante cuarenta días y cuarenta noches, su ayuno absoluto y su anuria fueron estrictamente controlados por médicos en el hospital de la Foz do Douro cerca de Oporto. Biografías al pie. Si conoce otros casos de ‘ayuno absoluto’ favor de escribirnos. Ellos se mantenían saludables debido al milagro de la Eucaristía. Obviamente, son casos excepcionales, pero hay que recordar que para quienes están en Gracia, la Eucaristía es verdadero alimento supersubstancial (como dice el Padrenuestro en latín), el “maná bajado del Cielo”, muy superior al maná, casi único alimento de los judíos durante años de desierto. Mateo 16 32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.» La multiplicación de los panes refleja la multiplicación que se da en la Eucaristía, donde el cuerpo de Cristo se multiplica en cada Hostia consagrada donde está todo entero. El pan que dio Jesús bastó para no desfallecer en el camino y algunos venían de lejos (Mc 8,3)… ¡tal vez días de caminata! Se puede llegar a la misma conclusión en una de las interpretaciones de Hc. 27,33-38: no era conveniente estar en ayunas más de 14 días, comulgaron el Pan consagrado por San Pablo y ya no necesitaron el alimento normal: lo tiraron por la borda. Para los no tan místicos es bueno saber que nunca le va a faltar energía porque el pan es pura energía (hidratos de carbono). Recordemos que los deportistas comen hidratos de carbono (por ejemplo fideos, que al igual que el pan contienen harina) unas dos horas antes de hacer ejercicio para poder sacar máxima energía de la comida en poco tiempo. El pan es la energía que necesita para solucionar una hipoglucemia o lipotimia, coma más pan y listo pero trate de no llegar a ese estado nuevamente no salteando las 3 o 4 comidas de pan (aunque las Faustinas comen pan sólo una vez al día). Haga lo que haga, no ayune sin la aprobación del director espiritual: es más importante obedecer la voluntad de Dios que se manifiesta a través del director, que cualquier penitencia (esto no implica que uno no pueda tratar de conseguir un mejor director que comprenda que no se avanza en la Santidad sin mortificación). 2. “Si ayuno, a la noche, como por todo el día.” El ayuno comienza sin desayuno y termina con el desayuno. No se debe comer a las 00:01 AM considerando que ya es el día siguiente, como hacen los musulmanes en Ramadán. El ayuno comienza desde la última comida a la tarde/noche y sigue hasta la hora de desayunar al día siguiente. Por ejemplo, para el ayuno del Viernes se come normalmente el Jueves por la noche y luego durante el Viernes se come pan y agua hasta que llega el Sábado a la mañana donde se desayuna. 3. “Si ayuno, al día siguiente como a reventar.” Las comidas del día anterior y del día siguiente deben ser normales con cantidades normales. Si por ayuno caemos en gula, “mejor no pecar, que ayunar”. Recordemos que cada pecado, por más pequeño que sea implica una ofensa infinita porque Dios es infinito. 4. “A mí me encanta el pan, por eso no ayuno, porque no es esfuerzo.” A uno puede encantarle cualquier cosa (por ejemplo chocolate) pero a medida que come más de ella, menos placer saca de cada mordida adicional e incluso llega el punto que un bocado adicional produce displacer o rechazo, por ejemplo empalago, empacho, etc. Los economistas llaman a esto ley de la utilidad marginal decreciente. El pan no escapa a esa ley. Por más que te guste el pan, tarde o temprano será un sacrificio comerlo. Es mejor hacerle caso a la tradición y a la Virgen y ayunar sólo con pan. A nadie se le ocurra ayunar a chocolate y agua por este ejemplo (chiste). Aún si no fuese sacrificio comer pan, el ayuno es bueno como muestra de humildad, al hacer caso al pedido de la Biblia, la Tradición y la Santísima Virgen. Pero hay que tener mucho cuidado: los fariseos también ayunaban. Que el ayuno sea para Gloria de Dios y no para mostrarnos a los hombres o creernos superiores por una especie de maratón de penitencias a ver quién es más fuerte y aguanta más. 5. “Pero el pan engorda” Lo que engordan son las calorías. El pan es uno de los alimentos que menos calorías posee por nivel de saciedad. De todas formas, si sólo come pan, tendría que comer hasta reventar para sobrepasar las calorías de su dieta normal. Parte del ayuno es comer pan simple (harina, agua, sal, azúcar). A no ser que no se pudiera conseguir pan simple, no respeta el espíritu de penitencia comer pan de manteca, pan de queso, pan de chocolate, etc. La creatividad para burlar el espíritu del ayuno es increíble. 5. El ayuno es peligroso porque lleva a trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia. Santa Teresa de Jesús escribía en “Castillo interior”, que dejemos al director espiritual preocuparse por nuestra salud y mientras no se oponga, suframos todo lo que podamos. Sólo tenemos esta vida para acumular tesoros en el Cielo y co-salvar almas por las mortificaciones ofrecidas por amor a Dios. Si obedeces a tu director y vives según la Divina Voluntad, Dios logrará que “nada te turbe”. Ahora bien, si no obedeces, Dios permitirá que se apliquen las leyes naturales para humillar tu soberbia: ni se te ocurra ayunar por períodos largos sin aprobación previa del director espiritual. Una persona ayunó por 40 días y decidió seguir un día más hasta la comunión, al día siguiente lo tuvieron que internar en el hospital por semanas por una descompensación generalizada… la soberbia arruina el sentido del ayuno… no es una maratón de quién puede más. Consejos prácticos 1. Debido a que algunas panaderías (en especial las industriales o las de supermercado) usan leudantes químicos y conservantes en vez de levadura natural, recomendamos consultar antes de comprar, porque los ‘químicos’ están calculados para un consumo diario muy inferior y pueden causar perjuicio para la salud. Sobre todo en los países donde el pan es caro, conviene comprar máquinas de hacer pan (cuestan aprox. 70 dólares y se amortizan rápidamente): le permite controlar los ingredientes (los coloca, aprieta un botón y en 3 horas tiene un pan recién horneado… sin hacer nada). 2. No olvide tomar suficiente agua para hidratarse adecuadamente. Si se siente débil, aún comiendo más pan, o los días anteriores no tuvo una dieta equilibrada, puede completar con jugos de frutas (o sopa sin grasa/carne), aunque no es lo ideal, si sólo ayuna 2 veces por semana. Sin embargo, para ayunos continuos de 7 o 40 días, la Virgen lo sugirió a las videntes en San Nicolás y Salta, Argentina. 3. El ayuno de las madres puede no ser bueno para hijos en gestación o amamantamiento, por ejemplo, si la dieta no es equilibrada el resto de los días y/o no se cuenta con la ayuda de la Eucaristía diaria. Consulte siempre a su director espiritual. 4. El ayuno de los niños, enfermos o ancianos debe hacerse con prudencia, consultando al director espiritual y al médico. Los niños, en vez de ayunar a pan, pueden privarse de otros alimentos como carne, golosinas, gaseosas, etc. Según Emmerick, la Virgen a los 3 años había ofrecido el sacrificio de no comer ni carne ni lácteos en toda su vida y fue rechazado por los sacerdotes por considerarlo excesivo: ella obedeció… por lo menos hasta que salió del templo a los 14 años para casarse con San José (después no aclara). 5. Casi tan importante como los frutos espirituales, es que el ayuno sirva para los más pobres. Para quienes no tienen ingresos propios, ayunar es una de las pocas formas de conseguir recursos propios para donar: · Niños, · Estudiantes, · Un adulto enfermo o desempleado, · Alguien que viva en una comunidad donde se comparten los bienes o con voto de pobreza, · Una ama de casa cuyo marido le niega dinero para beneficencia, a pesar de que todos los bienes debieran ser parte de la comunidad familiar, etc. Un empleado que recibe el almuerzo de su empresa, podría pedir que el dinero ahorrado los días de ayuno se destine a tal o cual obra de caridad… 6. ¿Mostrar o no mostrar? Lo ideal es que nadie se entere del ayuno si no le corresponde (por ejemplo, se puede explicar las razones del ayuno al resto de los comensales o a quien cocine y de paso se hace apostolado divulgando las ventajas del ayuno). Se debiera tratar de rechazar invitaciones sociales para miércoles y viernes, en especial, las reuniones vanales o las invitaciones de personas que puedan respetar nuestras creencias sin ofenderse. Si se tiene la oportunidad se puede “contraatacar” con otra invitación pero para otro día o sugerir el postergamiento. Si a uno lo invitan a un casamiento o una cena impostergable un viernes por la noche, sería raro ayunar a pan y agua mientras los otros festejan con la comida… incluso puede llevar a la soberbia y al menosprecio de los demás. Lo ideal sería reemplazar el ayuno de esa comida por otra que nos cueste (por ejemplo la cena del jueves anterior o por dos comidas a la noche entresemana). Consultar al director espiritual. Los verdaderos Cristianos no debiéramos organizar festejos (por ejemplo cumpleaños), ni los miércoles ni los viernes, salvo que sean Fiestas de la Iglesia (por ejemplo la Navidad). No tiene nada de raro que uno coma pan y agua frente a la propia familia en una comida del día a día… es similar a alguien con un menú especial para cardíacos que come distinto al resto, sólo que en este caso es un ejemplo para los demás, de algo normal que debieran hacer todos los Católicos mayores sin problema de salud... a fin de cuentas lo pide la Biblia, la Didajé y la Virgen! Mateo 6 1 «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. 2 Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 3 Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; 4 así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. 6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 16 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga. 17 Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, 18 para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 19 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. 20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. 21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 7. “Un santo triste es un triste santo”, decía San Francisco de Sales Como acabamos de ver en Mt 6, 16 los verdaderos Cristianos no nos ponemos tristes por los sufrimientos ofrecidos a Dios, sino contentos: “Cuando los cristianos lo pasamos mal, es porque no damos a esta vida todo su sentido divino. Donde la mano siente el pinchazo de las espinas, los ojos descubren un ramo de rosas espléndidas, llenas de aroma” (San Josemaría, Via Crucis VI, 5) ¡ Ave María puríssima !

lunes, 23 de febrero de 2009

Un ejemplo de amor.

Historias de una mística de seis años, contadas por su hermanaAntonietta Meo, conocida como Nennolina, podría ser beatificada.

ROMA, lunes 23 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- En pleno centro de Roma, muy cerca de la basílica de San Juan de Letrán se encuentra la casa donde nació y vivió Antonietta Meo, más conocida como Nennolina. Allí vive Margherita, su hermana mayor quien tiene ahora 87 años.Nennolina fue reconocida como venerable por el Papa Benedicto XVI en diciembre de 2007 y la presentó como modelo de inspiración para los niños (Cf. ZENIT, 20 de diciembre de 2007). Podría ser la beata no mártir más joven de la historia de la Iglesia. Nació en 1930 y murió en 1937, a los seis años y medio, luego de que le fue detectado un osteosarcoma (cáncer óseo) en la rodilla, que una vez le fue amputada la pierna, ya había hecho metástasis en todo el cuerpo.Antonietta, niña muy alegre y profundamente espiritual, ofreció sus dolores, como Jesús en el Calvario, por la conversión de los pecadores, por las almas del purgatorio y por que no estallara la guerra.Fueron muchas las cartas que le escribió a Jesús. Antes de aprender a escribir se las dictaba a María, su mamá; luego las redactaba de su puño y letra. Las últimas las firmaba "Antonietta y Jesús". Detrás de las frases sencillas hay un sorprendente contenido místico y teológico."Jesús, dame la gracia de morir antes de cometer un pecado mortal", decía la pequeña en una de sus cartas.En la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, la que fue su parroquia, se encuentra su tumba, así como algunas de sus reliquias: sus vestidos, sus juguetes y algunos manuscritos. Allí, Antonietta recibió los sacramentos del bautismo, la confirmación y la primera comunión.ZENIT ha conversado con Margherita Meo, la hermana de la Nennolina. Tenía 15 años, cuando ella murió. Su casa está llena de las fotos y retratos de la hermanita venerable. Esta anciana conserva intactas las historias de su hermana, a quien siempre quiso con particular afecto.Una infancia llena de amorLa infancia de Antonietta fue tranquila y muy feliz. Tenía las ocurrencias típicas de los niños de su edad. En el diario que escribió su mamá, publicado por la asociación Apostolicam Actuositatem, cuenta cómo Nennolina, l pasar junto al Coliseo Romano y le dijo "¡mira! ¡una taza rota!".Por su profunda fe y por la fe de sus padres, la pequeña Antonietta fue inscrita a los 4 años en la sección pequeñitas de la Acción Católica.En octubre de 1934 comenzó a ir a la escuela materna de las hermanas Celadoras del Sagrado Corazón. Le gustaba mucho ir a la escuela. Decía que al obedecer a sus profesoras obedecía también al plan de Dios. Las aventuras con sus compañeros eran divertidas, y al mismo tiempo hablan de su espíritu. "Había un niño que se llamaba Michelino. Siempre lo castigaban y ella le pidió a la maestra que lo perdonara. 'Ve a ver a la directora', le dijo un día la maestra. Y ella fue. La directora se conmovió y lo perdonó", recuerda Margherita.Sufrimiento con sentidoA causa del osteosarcoma, a Nennolina tuvieron que amputarle la pierna izquierda el 25 de abril de 1936. Recuerda Margherita que sus padres sufrieron al pensar cómo sería el dolor de la pequeña. Al despertar Antonietta de la operación, su madre le dijo: "Hija: Tú dijiste que, si Jesús quería tu mano, tú se la darías. Ahora te ha pedido que le des tu pierna" y ella respondió: "le he dado mi pierna a Jesús"."La primera noche tras la amputación fue terrible", testimonia Margherita. "Pero todos sus dolores los ofrecía. Hasta el punto de que, cuando se cumplió un año de esta operación, ella lo celebró muy contenta, porque era un año de ofrecimientos a Jesús".Meses después comenzó a ir a la escuela con una prótesis de madera. En la noche de la Navidad siguiente hizo la primera comunión. "Se arrodilló para recibir la primera comunión y en la segunda y tercera misa de Navidad incluso se arrodilló", cuenta Margherita.A la pequeña le dolía mucho caminar, pero con alegría repetía: "Que cada paso que doy sea una palabra de amor". "Los medicamentos provocaban mucho dolor y ella se ponía pálida, temblaba", testimonia Margherita.El 22 de mayo de 1937 Antonieta tuvo que interrumpir la escuela, debido a que el tumor le había hecho metástasis. Entró en el hospital de San Stefano Rotondo, donde al poco tiempo recibió el sacramento de la Unción de los enfermos. Allí comenzó su agonía durante un mes y medio.Cuenta su madre, en el diario, que muchos iban a visitar a la pequeña y que una de las religiosas enfermeras que la cuidaba le preguntó: "Antonieta, ¿cómo has podido soportar en silencio? Si me lo hubieran hecho a mí, los gritos se hubieran escuchado en San Juan de Letrán".En su última carta antes de morir, Nennolina le escribía a Jesús diciendo: "Yo te doy las gracias porque tú me has mandado esta enfermedad, pues es un medio para llegar al paraíso" (...) te encomiendo a mis padres y a Margherita".Qué es la santidadRecuerda Margherita que la muerte de Antonieta conmovió profundamente a todos los que la conocían: "Sus funerales fueron en la parroquia. El párroco no quería el color negro, porque decía que ella era un ángel. Prefirieron para la liturgia el blanco".La hermana de Antonietta asegura que esta pequeña mística aún continúa convirtiendo muchos corazones. Dice que una tarde un sacerdote amigo suyo le comentó que hace algún tiempo encontró a un feligrés que se había divorciado de su esposa y vivía ahora con otra mujer."El sacerdote tenía en su mano un libro de Antonietta y le aconsejó al señor, que había sido un oficial del ejército, que lo leyera. El señor le respondió escandalizado que él, un alto oficial del ejército, no podía leer la historia de una niña. Al final, por la insistencia del sacerdote, aceptó y tomó el libro. La mañana siguiente el señor oficial se fue a ver al párroco, había leído el libro toda la noche y regresó arrepentido a casa de su familia".La anciana asegura que la vida sencilla y rica de Antonietta es un ejemplo de santidad en las cosas pequeñas: "para mí ser santa es aceptar día tras día lo que Dios quiere y querer a todos los demás, también a las personas que parece que no te aman. Con el amor se pueden superar todos los obstáculos", confiesa.
Por Carmen Elena Villa

lunes, 16 de febrero de 2009

Hasta la última frontera del amor.


*Dios nos da la inmensa fuerza y la inmensa alegría de amar. Pero, ¿realmente usamos esa fuerza y esa alegría? ¿Adónde la aplicamos? Jesús dijo: “Amaos los unos a los otros”… no dijo “amen al mundo”. Nos indicó muy concretamente que amemos a nuestro prójimo, aquí y ahora, a nuestro hermano y a nuestro vecino, a nuestro esposo y a nuestra esposa, a nuestros hijos y a nuestros mayores.*A fin de hacernos más fácil amar a Dios de verdad, Jesús, una y otra vez nos repitió: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. Cuando miramos la Cruz, sabemos cuánto nos amó Él. Cuando estamos frente al Tabernáculo, sabemos cuánto nos sigue amando. Y para “facilitarnos” la entrega de ese amor, nos dijo: “Lo que hagan por el más pequeño de Mis hermanos, lo hacen por Mí”. “Estuve hambriento; estuve desnudo; estuve desamparado…”.*El amor puede ser distorsionado por motivos egoístas. Te amo, pero al mismo tiempo quiero tomar de ti todo lo que pueda, incluso aquellas cosas que no tengo derecho a tomar. En este caso, ya no hay amor verdadero. El amor verdadero duele. Siempre tiene que doler. Debe ser doloroso amar a alguien. Quizá uno incluso deba morir por el ser amado. Cuando la gente se casa, tiene que renunciar a todo para amarse mutuamente. La madre que da a a luz a su hijo, no puede evitar el dolor. Lo mismo vale para la vida religiosa. Para pertenecer totalmente a Dios, tenemos que renunciar a todo. Sólo entonces podremos amar de verdad. ¡La palabra “amor” es a menudo tan mal interpretada, tan mal utilizada!*Mantengamos en nuestros corazones esa alegría de amar a Jesús, y compartámosla con todos los que se nos acercan. Esa alegría que irradiamos es real y verdadera, ya que llevando a Cristo permanentemente con nosotros, no hay motivo para no ser felices. Cristo está en nuestros corazones, en los pobres que encontramos, en la sonrisa que damos y recibimos.*“Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. Estas palabras de Jesús deben ser no sólo nuestra luz, sino una llama que consuma todo el egoísmo que se interpone entre nosotros y nuestro crecimiento en santidad. Jesús nos amó hasta el final, hasta la última frontera del amor, hasta la Cruz. El amor nos tiene que surgir desde adentro – a partir de nuestra unión con Cristo – y ser como si nuestro amor a Dios rebalsara y se extendiese sobre todo cuanto nos rodea. Amar debe ser para nosotros tan normal como vivir y respirar, día tras día, hasta nuestra muerte.***
Beata Madre Teresa de Calcuta, “Amor: Un fruto siempre maduro”

En Lourdes...

Las dos veces que he visitado Lourdes, mi alma se ha sentido feliz. Con una felicidad que sobrepasa todos los límites de lo espiritual y trascendente.
He visitado todo lo ha habido y por haber en la gruta de las apariciones. Incluso un antiguo alumno, que pasa allá sus vacaciones haciendo el bien a la gente como camillero, me ha contado que ha visto con sus propios ojos los milagros maravillosos que hace cada día la Madre de Dios.
Fue el 11 de febrero cuando la Virgen se le apareció a Bernardita, una joven de 14 años en la gruta de Massabielle. Vio una nube dorada y a la Virgen vestida de blanco con un rosario en la mano.
Esta aparición se repitió 18 veces. El 25 de febrero fue cuando la chica escarbó en el suelo y salió un manantial de agua. Le dijo la Virgen que levantaran un templo y que rezara el rosario por los pecadores.
Comenzó a acudir mucha gente. Las autoridades eclesiásticas, comenzando por el párroco, no le daban crédito a la joven.
Era impensable que a su edad y dada su falta de cultura, supiera algo acerca del misterio del dogma de la Inmaculada Concepción, declarado así por el Papa Pío IX en 1854.
El mismo Papa le dio el nombre de Basílica al templo levantado en honor de las apariciones. Estas, por fin, fueron declaradas auténticas y no pura fantasía de una adolescente ignorante.
¿Cuál es la síntesis del mensaje de Lourdes?
En primer lugar, se trata de un acto de gratitud por la definición del dogma, que se había declarado oficialmente cuatro años antes. En segundo lugar, exaltar la pobreza y la humildad, virtudes eminentemente cristianas. En tercer lugar, la importancia de la Cruz como camino para ser feliz aquí y en el más allá. Y en cuarto lugar, la clave para llevar una vida cristiana auténtica, es la oración, sintetizada en el rezo del santo rosario.
Pero lo importante, además de las curaciones físicas, es que todo el mundo sale curado en lo espiritual, siempre y cuando se vaya de buena fe.

P. Felipe Santos.

Benedicto XVI recomienda a los enfermos encomendarse a la Virgen de Lourdes

En la Jornada Mundial del Enfermo
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 11 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recomendó a los jóvenes, enfermos y recién casados, encomendar su vida a María en el día en que la Iglesia celebraba la fiesta de la Virgen de Lourdes.Al final de la audiencia general, celebrada en el Aula Pablo VI, el pontífice invitó a los chicos y chicas presentes entre los 8.000 peregrinos a encomendarse "siempre a la maternal protección de María para que os ayude a conservar un corazón generoso, disponible y lleno de entusiasmo apostólico".En ese día, en el que la Iglesia también celebraba la Jornada Mundial del Enfermo, el obispo de Roma se dirigió a los enfermos para desearles que "la Virgen de Lourdes, a cuya intercesión acuden con confianza muchos enfermos en el cuerpo y en el espíritu, ponga su mirada de consuelo y esperanza sobre todos vosotros".De este modo, los enfermos podrán recibir apoyo para "cargar con la cruz cotidiana, en íntima unión con la redentora de Cristo"."Que María os acompañe, queridos recién casados, en vuestro camino, para que vuestras familias se conviertan en comunidades de intensa vida espiritual y de testimonio cristiano concreto", concluyó.

martes, 27 de enero de 2009

Comunicado de la A.C.A

A continuación transcribimos el comunicado que presenta el sector de trabajadores de acción católica, de la comisión nacional de sectores, de la ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA.

COMUNICADO

Ante los hechos que vienen sucediendo desde el año pasado, primero en Rosario en General Motors, VOLKSWAGEN en Córdoba y ahora en empresas de Villa Constitución y San Nicolás, y en muchas otras que no salen en los medios y que muestran despido de trabajadores, baja de salarios, disminución de horas de trabajo, etc., queremos exhortar a nuestros dirigentes, políticos, sindicales y económicos para que en forma concertada se encuentren los mejores medios, incluso remedios extraordinarios, para proteger a los miembros más débiles de la cadena productiva, es decir, a los trabajadores.

No es justo que frente a la caída de la actividad económica, producto de una crisis global, se utilicen mecanismos expeditivos pero intrínsecamente inmorales, que dejan sin demasiadas opciones a un gran número de familias argentinas. Consideramos, que a esta altura de los tiempos, ha llegado la hora de que, quienes administran y dirigen las compañías afectadas por la crisis, comprometan los recursos financieros, acumulados durante la expansión, que no fueron destinados a la actividad productiva y puedan absorber pérdidas transitorias causadas por mantener la planta laboral más allá de lo que marcaría el criterio de la “rentabilidad económica”. No sería esto un acto de caridad sino una obligación moral. Los que más ganaron “en tiempos de vacas gordas” tienen una mayor obligación para con la sociedad toda, en “tiempos de vacas flacas”.

Las obligaciones ante las dificultades se deben asumir en la misma proporción con que se repartieron las ganancias en los buenos momentos. El Compendio Social de la Iglesia nos enseña que la “riqueza existe para ser repartida”. “Los bienes, aun cuando son poseídos legítimamente, conservan siempre un destino universal” (C.S.328).

Los propietarios del capital deben asumir su responsabilidad moral con los hombres y mujeres que les dependen, puesto que toda actuación en el campo económico debe estar abierta a la instancia moral (Cf.C.S.331). Los trabajadores de las empresas que dirigen no son un mero “recurso” que permite satisfacer exclusivamente intereses individuales. (Cf.C.S.339)

Consideramos además, que hasta el presente ha habido una insuficiente respuesta del Estado ante estos hechos. Es necesaria una mayor protección de los trabajadores. Ante estas circunstancias, inspirado en el principio de solidaridad, la acción del Estado debe establecer recaudos temporarios para establecer “límites a las autonomías de las partes para defender al más débil.” (C.S.351). En consecuencia, el Gobierno debe replantear sus políticas y recursos públicos en función de estas prioridades, con la activa participación de las partes afectadas, buscando entre todos cuál es la mejor vía para recuperar los niveles de producción perdidos.

La paz social, que todos debemos construir, se ve amenazada por estos hechos. Por eso es necesario, una vez más, que las instituciones de la comunidad política estén a la altura de este desafío y sepan asumir su responsabilidad con inteligencia y sentido de grandeza.

Con este ánimo, hacemos público este reclamo, con la confianza que aquellos que tienen el poder de revertir esta situación, lo hagan de inmediato, en favor de los trabajadores afectados y sus familias.

Orlando Alfredo Rivero
Secretario General
Sector de Trabajadores,
Acción Católica Argentina.
23 enero 2009

viernes, 16 de enero de 2009

Misión continiental.

Todos saben que estamos en un tiempo especial de misión. Los obispos en Aparecida nos alientan a salir a transformar la realidad en la que estamos, hacernos discípulos misoneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en El tengan vida.
En relación a ésto el Papa dejó un presente para todos, un signo visible de lo que se quiere para la Iglesia en nuestro continente.
Presentamos el tríptico que nos dejó su santidad Benedicto XVI en Aparecida, y a continuación una explicación de su significado.


Saludos.


El regalo del Papa a la V Conferencia
P. Joaquín Alliende L.[1]

Benedicto XVI ha dejado a los países de América Latina y el Caribe el regalo de su presencia, de su oración, de sus palabras vivificantes y valientes. Junto a ello está el don de este tríptico que representa el “Cristo del envío”. El pueblo creyente lo irá recibiendo, no sólo como una ilustración de verdades. Tal vez lo hará suyo y lo transformará, por la plegaria, en un ícono de su devoción cálida y confiada, en una parábola pictórica en la cual se unen el Credo de la fe con la persona del Sucesor de Pedro.
La Iglesia de Latinoamérica y del Caribe considera como hito inicial de su evangelización un ícono: la figura mestiza de María de Guadalupe, representada en la tilma de San Juan Diego. Ahora Benedicto XVI ha retomado esta tradición, y ha entregado a los Obispos participantes del Encuentro en Aparecida, un tríptico evangelizador y devocional.
En él se contienen la espiritualidad y el programa pastoral característicos que propone el lema de la V Conferencia: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6)”. El tríptico fluye de la tradición del arte cuzqueño. Con este tríptico del Papa se encuentran simbólicamente en Aparecida, la cultura andina que comparten los países del océano Pacífico con el mundo lusohablante de las costas del Atlántico, al cual pertenece el santuario nacional mariano de Brasil.
El programa iconográfico se despliega interiormente en ocho cuadros y en otras imágenes menores.
1.- El motivo central lo ocupa una representación de Cristo Resucitado, en la hora del envío misionero de los discípulos. La radiante figura de Jesús preside la totalidad del tríptico con el halo de una serena victoriosidad. En los rostros de los enviados se manifiesta la plural riqueza del pueblo de Dios. Hay hombres y mujeres. Algunos tienen tez blanca. Otros rostros son de mulatos, de indígenas, o de mestizos. Hacia el fondo se ve la escena del Calvario y dos ángeles. En la leyenda se reproduce la autodefinición del Mesías, las palabras del envío discipular -“vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19)- y el solemne encargo de la Madre del Señor a su Iglesia.
2.- A la luz del milagro de Caná se señala catequéticamente el imperativo pastoral de movilizar el amor a María de los fieles a una obediencia irrestricta al querer de Jesús -“hagan lo que él les diga”. La figura de los esposos, destaca la grandeza del sacramento del matrimonio. Las tinajas del vino expresan la alegría de los discípulos que, por la “manifestación de su gloria,…creyeron en él”.
3.- Vocación de los primeros. Pedro y Andrés, Santiago y Juan son llamados. Las palabras de elección de Jesús, tienen una réplica humilde de Pedro quien se siente del todo indigno para seguir la vocación de apóstol. Desde ahora serán pescadores de hombres. Los cuatro escogidos aceptan remar mar adentro y echar las redes sólo “en tu nombre”. El resultado es una abundancia milagrosa. Han dejado todo. Comienzan la senda del seguimiento discipular.
4.- La mutiplicación de los panes. El verde de la hierba recuerda que ocurrió en primavera. Cristo despliega el poder de su misericordia, haciendo abundante el escaso alimento inicial. Pero no es él quien entrega el pan a la multitud -“denles ustedes de comer”. Los discípulos tienen el encargo de atender a los menesterosos. Resuena aquí una urgencia impostergable. Es el imperativo de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe de atender a los pobres y postergados, “sea en el socorro de sus necesidades más urgentes, como también en la defensa de sus derechos” (Homilía de los obispos 11-05).
5.- Encuentro con los discípulos de Emaús. Esta escena muestra como Jesús mismo entra en el dinamismo peregrinante de la Iglesia. Durante el camino, él explica las Escrituras. En la mesa de Emaús, el Resucitado parte y comparte el pan. Pictóricamente la atención se focaliza en la centralidad de la Palabra y la Eucaristía. El texto de la leyenda registra la intensidad del encuentro del discípulo con su Maestro. Es un ardor contemplativo que llevará a un nuevo trayecto misionero hacia Jerusalén.
6.- La venida del Espíritu Santo. Es el nacimiento de la Iglesia. Los apóstoles se congregan en torno a María Madre. Pedro tiene las llaves, como símbolo de su encargo específico en el Colegio Apostólico. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. Aparecen las mujeres, de las que habla el libro de los Hechos. Unidad en la comunión del Espíritu Santo. Variedad de carismas. Sólo por el vigor divino que el Paráclito les concede, podrán asumir la misión encomendada.
7.- Los discípulos de Jesús evangelizan. Sucede ahora. Los discípulos entran en la vida de “nuestros pueblos”. La evangelización ocurre en el diálogo cotidiano. Los discípulos y misioneros del siglo XXI prolongan el amor y el compromiso de San Juan Diego de Guadalupe, con la Biblia en la mano. En su tilma va, impresa por el cielo, la imagen de la Virgen María, discípula perfecta y sabia educadora de los elegidos por Jesús para evangelizar.
8.- El Padre Eterno y el Espíritu Santo. Corona el tríptico una imagen del Padre de Jesucristo. Se le muestra unido en el Espíritu al Señor Resucitado. Con este remate, todo el tríptico logra un marcado carácter trinitario, tal como era usual en los retablos de la primera evangelización. Se indica así cuál es la fuente y el destino de la historia humana. Así el Dios Uno y Trino es propuesto como la suprema realidad de amor, en la que se sostienen e inspiran todas las formas de comunión y solidaridad que brotan del evangelio.
9.- En las esquinas superiores de los paneles laterales abiertos, aparecen dos santos emblemáticos del primer siglo del cristianismo. Uno es el gran misionero venido de España, Santo Toribio de Mogrovejo. El Obispo místico realizó una gigantesca obra evangelizadora desde su sede limeña. La otra figura es Rosa de Lima. Representa la recepción del evangelio por parte de los criollos americanos. Esta laica nacida en una familia de origen dominicano, llegó a una alta cumbre de intimidad esponsal con Cristo y de heroica caridad con los pobres.
10.- Cuando el tríptico está cerrado, aparece el escudo papal de Benedicto XVI, y se ve la dedicatoria de mano del Papa con la exhortación señera hacia el futuro: “Sean discípulos y misioneros de Jesucristo, para que vuestros pueblos tengan vida. Aparecida, 13 de mayo del 2007.”
El sello final es la Imagen de Nuestra Señora Aparecida. En torno a ella se congrega un racimo abigarrado de diversos rostros del pueblo que ella protege y guía por estas latitudes.

[1] El P. Joaquín Alliende Luco I.S.P.Sch., sacerdote del Instituto Secular Padres de Schöenstatt, es Capellán Internacional de Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS). Fue invitado a la V Conferencia como representante de organismos de ayuda, sin embargo, no pudo participar por razones de salud.

jueves, 15 de enero de 2009

"totus Tuus"


Totus Tuus, fue el lema de nuestro querido Papa Juan Pablo II, pero alguien sabe por qué?

El mismo Karol nos lo dice brevemente...



"Totus Tuus. Esta fórmula no tiene solamente una característica piadosa, no es una simple expresión de devoción sino que es algo más que eso. La orientación hacia tal devoción se ha afirmado en mí en el período en el cual, durante la segunda guerra mundial, trabajaba como obrero en una fábrica. En un primer momento creí que me debía apartar un poco de aquella devoción mariana de la infancia, en favor del cristocentrismo. Gracias a san Luis Grignion de Montfort comprendí que la verdadera devoción a la Madre de Dios es, en cambio, justamente cristocéntrica, es más, está profundamente enraizada en el Misterio trinitario de Dios, y en los misterios de la Encarnación y de la Redención".
[Juan Pablo II en "Varcare la soglia della speranza", Arnoldo Mondadori Editor, 1994]


Y como siempre un videíto para acompañar.

Saludos.

lunes, 12 de enero de 2009

Que año taann especial que vivimos!!!

Queridos hermanos:

Este año que pasó se conmemoró los 150 años de las apariciones de nuestra Madre en su Advocación de Lourdes, fue un año con muchas bendiciones, quien sabe cuántas indulgencias concedidas por todo el mundo, en nuestra parroquia, y todos los lugares que tienen como especial protectora a Ntra. Sra. de Lourdes.
Los invito a re-leer la homilía que nuestro Papa Benedicto XVI pronunció en la misa en el Santuario de Lourdes como corolario de este año especialmente mariano que pasó.
Es una joyita!!!
También les dejo un link con un videito de lourdes
http://es.youtube.com/watch?v=mw6SMOZdFKA
Saludos.

Homilía del Papa en la misa con motivo de los 150 años de las apariciones de Lourdes
"El mensaje de María es un mensaje de esperanza"

LOURDES, domingo, 14 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció Benedicto XVI en la mañana de este domingo durante la misa con motivo del 150 aniversario de las apariciones de Lourdes, presidida por el Papa en la Pradera de los Santuarios.
* * *
Señores Cardenales, querido monseñor Perrier,
queridos hermanos en el episcopado y el sacerdocio,
queridos peregrinos,
hermanos y hermanas
"Id y decid a los sacerdotes que vengan en procesión y que se construya aquí una capilla". Éste es el mensaje que Bernadette recibió de la "Hermosa Señora" en las apariciones del 2 de marzo de 1858. Desde hace ciento cincuenta años, los peregrinos nunca han dejado de venir a la gruta de Massabielle para escuchar el mensaje de conversión y esperanza. Y también nosotros, estamos aquí esta mañana a los pies de María, la Virgen Inmaculada, para acudir a su escuela con la pequeña Bernadette.
Agradezco muy especialmente a Monseñor Jacques Perrier, Obispo de Tarbes y Lourdes, por la calurosa acogida que me ha brindado y por las amables palabras que me ha dirigido. Saludo a los Cardenales, a los Obispos, a los sacerdotes, a los diáconos, a los religiosos y a las religiosas, así como a todos vosotros, queridos peregrinos de Lourdes, especialmente a los enfermos. Habéis venido aquí en gran número para realizar esta peregrinación jubilar conmigo y encomendar a Nuestra Señora vuestras familias, vuestros parientes y amigos y todas vuestras intenciones. Mi gratitud se dirige también a las Autoridades civiles y militares, presentes en esta celebración eucarística.
"¡Qué dicha tener la Cruz! Quien posee la Cruz posee un tesoro" (S. Andrés de Creta, Sermón 10, sobre la Exaltación de la Santa Cruz: PG 97,1020). En este día en el que la liturgia de la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Evangelio que acabamos de escuchar, nos recuerda el significado de este gran misterio: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para salvar a los hombres (cf. Jn 3,16). El Hijo de Dios se hizo vulnerable, tomando la condición de siervo, obediente hasta la muerte y una muerte de cruz (cf. Fil 2,8). Por su Cruz hemos sido salvados. El instrumento de suplicio que mostró, el Viernes Santo, el juicio de Dios sobre el mundo, se ha transformado en fuente de vida, de perdón, de misericordia, signo de reconciliación y de paz. "Para ser curados del pecado, miremos a Cristo crucificado", decía san Agustín (Tratado sobre el Evangelio de san Juan, XII, 11). Al levantar los ojos hacia el Crucificado, adoramos a Aquel que vino para quitar el pecado del mundo y darnos la vida eterna. La Iglesia nos invita a levantar con orgullo la Cruz gloriosa para que el mundo vea hasta dónde ha llegado el amor del Crucificado por los hombres, por nosotros los hombres. Nos invita a dar gracias a Dios porque de un árbol portador de muerte, ha surgido de nuevo la vida. Sobre este árbol, Jesús nos revela su majestad soberana, nos revela que Él es el exaltado en la gloria. Sí, "venid a adorarlo". En medio de nosotros se encuentra Quien nos ha amado hasta dar su vida por nosotros, Quien invita a todo ser humano a acercarse a Él con confianza.
Es el gran misterio que María nos confía también esta mañana invitándonos a volvernos hacia su Hijo. En efecto, es significativo que, en la primera aparición a Bernadette, María comience su encuentro con la señal de la Cruz. Más que un simple signo, Bernadette recibe de María una iniciación a los misterios de la fe. La señal de la Cruz es de alguna forma el compendio de nuestra fe, porque nos dice cuánto nos ha amado Dios; nos dice que, en el mundo, hay un amor más fuerte que la muerte, más fuerte que nuestras debilidades y pecados. El poder del amor es más fuerte que el mal que nos amenaza. Este misterio de la universalidad del amor de Dios por los hombres, es el que María reveló aquí, en Lourdes. Ella invita a todos los hombres de buena voluntad, a todos los que sufren en su corazón o en su cuerpo, a levantar los ojos hacia la Cruz de Jesús para encontrar en ella la fuente de la vida, la fuente de la salvación.
La Iglesia ha recibido la misión de mostrar a todos el rostro amoroso de Dios, manifestado en Jesucristo. ¿Sabremos comprender que en el Crucificado del Gólgota está nuestra dignidad de hijos de Dios que, empañada por el pecado, nos fue devuelta? Volvamos nuestras miradas hacia Cristo. Él nos hará libres para amar como Él nos ama y para construir un mundo reconciliado. Porque, con esta Cruz, Jesús cargó el peso de todos los sufrimientos e injusticias de nuestra humanidad. Él ha cargado las humillaciones y discriminaciones, las torturas sufridas en numerosas regiones del mundo por muchos hermanos y hermanas nuestros por amor a Cristo. Les encomendamos a María, Madre de Jesús y Madre nuestra, presente al pie de la Cruz.
Para acoger en nuestras vidas la Cruz gloriosa, la celebración del jubileo de las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes nos ha permitido entrar en una senda de fe y conversión. Hoy, María sale a nuestro encuentro para indicarnos los caminos de la renovación de la vida de nuestras comunidades y de cada uno de nosotros. Al acoger a su Hijo, que Ella nos muestra, nos sumergimos en una fuente viva en la que la fe puede encontrar un renovado vigor, en la que la Iglesia puede fortalecerse para proclamar cada vez con más audacia el misterio de Cristo. Jesús, nacido de María, es el Hijo de Dios, el único Salvador de todos los hombres, vivo y operante en su Iglesia y en el mundo. La Iglesia ha sido enviada a todo el mundo para proclamar este único mensaje e invitar a los hombres a acogerlo mediante una conversión auténtica del corazón. Esta misión, que fue confiada por Jesús a sus discípulos, recibe aquí, con ocasión de este jubileo, un nuevo impulso. Que siguiendo a los grandes evangelizadores de vuestro País, el espíritu misionero que animó tantos hombres y mujeres de Francia a lo largo de los siglos, sea todavía vuestro orgullo y compromiso.
Siguiendo el recorrido jubilar tras las huellas de Bernadette, se nos recuerda lo esencial del mensaje de Lourdes. Bernadette era la primogénita de una familia muy pobre, sin sabiduría ni poder, de salud frágil. María la eligió para transmitir su mensaje de conversión, de oración y penitencia, en total sintonía con la palabra de Jesús: "Porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla" (Mt 11,25). En su camino espiritual, también los cristianos están llamados a desarrollar la gracia de su Bautismo, a alimentarse de la Eucaristía, a sacar de la oración la fuerza para el testimonio y la solidaridad con todos sus hermanos en la humanidad (cf. Homenaje a la Inmaculada Concepción, Plaza de España, 8 diciembre 2007). Es, pues, una auténtica catequesis la que también a nosotros se nos propone, bajo la mirada de María. Dejémonos también nosotros instruir y guiar en el camino que conduce al Reino de su Hijo.
Continuando su catequesis, la "Hermosa Señora" revela su nombre a Bernadette: "Yo soy la Inmaculada Concepción". María le desvela de este modo la gracia extraordinaria que Ella recibió de Dios, la de ser concebida sin pecado, porque "ha mirado la humillación de su esclava" (cf. Lc 1,48). María es la mujer de nuestra tierra que se entregó por completo a Dios y que recibió de Él el privilegio de dar la vida humana a su eterno Hijo. "Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra" (Lc 1,38). Ella es la hermosura transfigurada, la imagen de la nueva humanidad. De esta forma, al presentarse en una dependencia total de Dios, María expresa en realidad una actitud de plena libertad, cimentada en el completo reconocimiento de su genuina dignidad. Este privilegio nos concierne también a nosotros, porque nos desvela nuestra propia dignidad de hombres y mujeres, marcados ciertamente por el pecado, pero salvados en la esperanza, una esperanza que nos permite afrontar nuestra vida cotidiana. Es el camino que María abre también al hombre. Ponerse completamente en manos de Dios, es encontrar el camino de la verdadera libertad. Porque, volviéndose hacia Dios, el hombre llega a ser él mismo. Encuentra su vocación original de persona creada a su imagen y semejanza.
Queridos hermanos y hermanas, la vocación primera del santuario de Lourdes es ser un lugar de encuentro con Dios en la oración, y un lugar de servicio fraterno, especialmente por la acogida a los enfermos, a los pobres y a todos los que sufren. En este lugar, María sale a nuestro encuentro como la Madre, siempre disponible a las necesidades de sus hijos. Mediante la luz que brota de su rostro, se trasparenta la misericordia de Dios. Dejemos que su mirada nos acaricie y nos diga que Dios nos ama y nunca nos abandona. María nos recuerda aquí que la oración, intensa y humilde, confiada y perseverante debe tener un puesto central en nuestra vida cristiana. La oración es indispensable para acoger la fuerza de Cristo. "Quien reza no desperdicia su tiempo, aunque todo haga pensar en una situación de emergencia y parezca impulsar sólo a la acción" (Deus caritas est, n. 36). Dejarse absorber por las actividades entraña el riesgo de quitar de la plegaria su especificad cristiana y su verdadera eficacia. En el Rosario, tan querido para Bernadette y los peregrinos en Lourdes, se concentra la profundidad del mensaje evangélico. Nos introduce en la contemplación del rostro de Cristo. De esta oración de los humildes podemos sacar copiosas gracias.
La presencia de los jóvenes en Lourdes es también una realidad importante. Queridos amigos aquí presentes esta mañana alrededor de la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, cuando María recibió la visita del ángel, era una jovencita en Nazaret, que llevaba la vida sencilla y animosa de las mujeres de su pueblo. Y si la mirada de Dios se posó especialmente en Ella, fiándose, María quiere deciros también que nadie es indiferente para Dios. Él os mira con amor a cada uno de vosotros y os llama a una vida dichosa y llena de sentido. No dejéis que las dificultades os descorazonen. María se turbó cuando el ángel le anunció que sería la Madre del Salvador. Ella conocía cuánta era su debilidad ante la omnipotencia de Dios. Sin embargo, dijo "sí" sin vacilar. Y gracias a su sí, la salvación entró en el mundo, cambiando así la historia de la humanidad. Queridos jóvenes, por vuestra parte, no tengáis miedo de decir sí a las llamadas del Señor, cuando Él os invite a seguirlo. Responded generosamente al Señor. Sólo Él puede colmar los anhelos más profundos de vuestro corazón. Sois muchos los que venís a Lourdes para servir esmerada y generosamente a los enfermos o a otros peregrinos, imitando así a Cristo servidor. El servicio a los hermanos y a las hermanas ensancha el corazón y lo hace disponible. En el silencio de la oración, que María sea vuestra confidente, Ella que supo hablar a Bernadette con respeto y confianza. Que María ayude a los llamados al matrimonio a descubrir la belleza de un amor auténtico y profundo, vivido como don recíproco y fiel. A aquellos, entre vosotros, que Él llama a seguirlo en la vocación sacerdotal o religiosa, quisiera decirles la felicidad que existe en entregar la propia vida al servicio de Dios y de los hombres. Que las familias y las comunidades cristianas sean lugares donde puedan nacer y crecer sólidas vocaciones al servicio de la Iglesia y del mundo.
El mensaje de María es un mensaje de esperanza para todos los hombres y para todas las mujeres de nuestro tiempo, sean del país que sean. Me gusta invocar a María como "Estrella de la esperanza" (Spe salvi, n. 50). En el camino de nuestras vidas, a menudo oscuro, Ella es una luz de esperanza, que nos ilumina y nos orienta en nuestro caminar. Por su sí, por el don generoso de sí misma, Ella abrió a Dios las puertas de nuestro mundo y nuestra historia. Nos invita a vivir como Ella en una esperanza inquebrantable, rechazando escuchar a los que pretenden que nos encerremos en el fatalismo. Nos acompaña con su presencia maternal en medio de las vicisitudes personales, familiares y nacionales. Dichosos los hombres y las mujeres que ponen su confianza en Aquel que, en el momento de ofrecer su vida por nuestra salvación, nos dio a su Madre para que fuera nuestra Madre.
Queridos hermanos y hermanas, en Francia, la Madre del Señor es venerada en innumerables santuarios, que manifiestan así la fe transmitida de generación en generación. Celebrada en su Asunción, Ella es la amada patrona de vuestro país. Que Ella sea siempre venerada con fervor en cada una de vuestras familias, de vuestras comunidades religiosas y parroquiales. Que María vele sobre todos los habitantes de vuestro hermoso País y sobre todos los numerosos peregrinos que han venido de otros países a celebrar este jubileo. Que Ella sea para todos la Madre que acompaña a sus hijos tanto en sus gozos como en sus pruebas. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, enséñanos a creer, a esperar y a amar contigo. Muéstranos el camino hacia el Reino de tu Hijo Jesús. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino (cf. Spe salvi, n. 50). Amén.
[Traducción del original en francés distribuida por la Santa Sede. Zenit ha añadido el cambio que el Papa hizo en la lectura del texto.
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]

sábado, 10 de enero de 2009

Lourdes


consagracion II

15 ¿Cuáles son las prácticas visibles o exteriores que ayudan a vivir la Consagración total?
Son llamadas así no porque se hagan sin devoción interior, sino porque tienen algo de externo, visible y comunitario. Ayudan a vivir las interiores y a edificar al prójimo. (VD 226). Enumeraremos las más importantes tomadas de la totalidad de las obras y de la vida de san Luis María. Ciertamente, ni las prácticas interiores ni éstas exteriores, obligan bajo pecado, sino que trazan un itinerario de vida espiritual que se va asumiendo gradualmente.
1. Preparar y hacer la consagración total a Jesús por María (VD 227-233). Ver antes los nn. 9-12. Renovar la consagración con frecuencia mediante fórmulas breves.
2. La Lectio divina1 –ojalá de acuerdo con la liturgia de cada día-y en unión con María (Ver SC, 103). El Concilio Vaticano II ha recomendado vivamente a todos los fieles cristianos el nutrirse de la Palabra de Dios que da firmeza a la fe, es alimento del espíritu y fuente límpida y perenne de vida espiritual. (Ver DV, 21). El cristiano está llamado a leer asiduamente la Sagrada Escritura y a unir al estudio la oración para "adquirir la ciencia suprema de Jesucristo" (Filp 3,8) y para que se realice el diálogo de Dios con los hombres y de estos con Dios (Ver DV, 25). (Ver 5 pistas para la Lectio divina con María: Libro de Oro, pp. 531-532). Es el ejemplo mismo de San Luis María que se nutrió diariamente de la Palabra de Dios y la conocía de memoria. La espiritualidad que nos legó se basa ante todo en la Santa Biblia. Todo ello para poder ser apóstoles
1 "En la carta pastoral "al comienzo del Nuevo Milenio" escribí que «la perspectiva en la cual debe colocarse todo el camino pastoral es el de la santidad» (n. 30), cultivada en la escucha de la Palabra de Dios, en la oración y en la vida eucarística..." (Juan Pablo II, Roma, mayo, 24, 2001).
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de los últimos tiempos que llevan en la boca la espada de dos filos de la Palabra de Dios... y para ser como María, la mujer dichosa porque escucha la Palabra de Dios, la guarda y la pone en práctica (Ver Lc 1,45; 8,21; 2,19; 2,51; 11,28; Vat. II, Iglesia, 58).
3. La Eucaristía1. Participar a ser posible diariamente de la Eucaristía y de la adoración al Santísimo en unión con María (Ver ASE 71; VD 266-273; SM 76). Toda celebración litúrgica –y particularmente la Eucaristía- es la acción más sagrada y eficaz de Jesucristo y la Iglesia, su esposa y su cuerpo, para la alabanza de Dios y la santificación de los hombres.
Es el ejercicio del sacerdocio de Cristo y del pueblo consagrado de la nueva Alianza (Ver Vat. II, Liturgia, 5-7). El Padre de Montfort apreció en alto grado la Eucaristía, era central en las misiones y escribió muchos cantos y sermones para honrar el gran misterio de la Eucaristía. (Ver ASE, 70-71; CT 112, 128, 136, 41; Sermones, nn. 330-341 –Le livre des Sermons).
4. Celebrar con frecuencia el Sacramento de la Reconciliación en unión con María. Es clave para el cultivo de la vida espiritual de todos los cristianos laicos o religiosos o sacerdotes. (Ver OT,18; PC 6). San Luis María no permitía que renovaran las promesas bautismales y que se consagraran a la Virgen, sino a los que habían hecho una confesión general en las misiones. Los que habían renovado los votos bautismales se comprometían a confesarse con frecuencia. (Ver Contratos de Alianza: B.A.C., 451, pp. 623-626).
5. El Rezo diario de la Coronilla de alabanzas a la Santísima Virgen. (VD 234-235). ¡La oración típica y factible de todos los Consagrados!
6. Llevar una cadena o cadenilla que recuerde que estamos atados a la Santísima Virgen con "cadenas de amor, por consiguiente, fuertes como la muerte" (Cant 8,6; VD 236-242).
7. Celebración del misterio de la Encarnación, el misterio propio de la Consagración total (VD 243-248). ( 25 de marzo; el Ángelus... ). Ver antes los nn. 5 y 6 anteriores.
8. Recitación y meditación del Avemaría y del Rosario (VD 249-254). Tan importante es esta práctica que San Luis María escribió un libro: "Secreto Admirable del Santísimo Rosario para convertirse y salvarse". Ver ASE, 193; VC 95).
9. Recitación del Canto de María o "Magnificat" (VD 255).
1 "...Proponemos a todos con gozo la consigna de continuar a tener fija la mirada en Cristo y contemplar su rostro a través de la familiaridad con la Palabra de Dios, la oración asidua y la comunión con Él, la participación en la Eucaristía, sobre todo el día del Señor, la acogida de la misericordia del Padre en el sacramento de la Reconciliación, y un valiente compromiso a la santidad, sentido y destino de todo ser humano y fuente y energía del actuar pastoral de la Iglesia" (Mensaje de los Señores Cardenales, reunidos en Consistorio en Roma, mayo 21-24/ 2001.
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10. Renuncia evangélica. "Debes ser fiel en cortar y arrancar mediante la mortificación y la violencia a ti mismo, todos los placeres inútiles y las ocupaciones vanas con las criaturas, o sea, mortificar el cuerpo, guardar el silencio interior y dominar los sentidos" (SM, 73). Ello implica también la lucha contra el pecado, alejando de ti incluso "los pecados veniales, siempre peligrosos si no le damos importancia" (SM 75)1.
11. También conviene hacer el Vía crucis en unión con María (ver Libro de Oro, pp 521-530), particularmente los Viernes de Cuaresma. San Luis María escribió la famosa Carta a los Amigos de la Cruz, para enseñarnos cómo llevar la cruz como discípulos de Cristo.
16 ¿Cuáles son los compromisos prioritarios de los Consagrados hoy en la Iglesia?
El Santo Padre Juan Pablo II ha trazado explícitamente 4 compromisos prioritarios a toda la familia monfortiana2:
1. Hacer fructificar la "preciosa herencia de san Luis María, tesoro que no debe quedar escondido". Esto significa vivir y hacer vivir el "Totus tuus".
2. "Renovar la presencia entre los pobres". Una presencia que es compromiso solidario y muy urgente ante la globalización de la economía, el escándalo de la pobreza y las nuevas situaciones de marginalidad, enfermedad y abandono de tantos hermanos3.
3. "Renovar la inserción en la pastoral de la Iglesia". Trabajar en el plan pastoral de la diócesis y de la parroquia, perteneciendo a un grupo apostólico o a una comunidad cristiana y haciendo así trabajo de Iglesia.
1 Es la renuncia a la Sabiduría mundana (VD 256; ver ASE 74-83) y practicar el 3er medio para adquirir y conservar la Sabiduría Encarnada: "la Mortificación Universal" (Ver ASE 194-202) que se resumen en vivir este consejo "déjalo todo, y al encontrar a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, ¡lo encontrarás todo!"(ASE 202). Es, pues, el ineludible aspecto ascético de este camino evangélico, espiritual y apostólico propuesto por San Luis María.
2 Mensaje del Papa Juan Pablo II a la Familia Monfortiana, Vaticano, 21 de junio de 1997.
3 "La comunión empuja a la Iglesia a hacerse solidaria con la humanidad, particularmente en el actual contexto de la globalización con la multitud creciente de los pobres, de los que sufren, de cuantos son pisoteados en los sacrosantos derechos a la vida, a la salud, al trabajo, a la cultura, a la participación social, a la libertad religiosa". (Del Mensaje del Consistorio de Cardenales, 24, mayo, 2001).
"Sacerdotes, religiosos, laicos jóvenes y adultos..., seriamente comprometidos para dar a la Iglesia, a ejemplo de Cristo, un rostro de pobreza y de misericordia especialmente hacia los necesitados y marginados, un rostro por el testimonio de la comunión en la verdad y el amor" Juan Pablo II, Homilía en la Concelebración con los Cardenales, Roma, mayo 24 de 2001.
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4. "Renovar la disponibilidad para la evangelización". El sueño del Santo Padre y el sueño del P. de Montfort se funden en uno solo: hombres y mujeres "Apóstoles de la Nueva Evangelización" en un mundo cada día más necesitado de la Sabiduría del Evangelio, que es la Sabiduría del Amor, de la Vida y de la Paz1.
17 Existe alguna organización o Asociación eclesial internacional de los Consagrados a Jesús por María?
Existe la nueva Asociación "María Reina de los Corazones", que reunifica en una sola Asociación las dos Asociaciones Monfortianas: "Asociación de los Sacerdotes de María Reina de los Corazones" y la "Archicofradía de María Reina de los Corazones", declaradas "Asociaciones propias" de la Compañía de María, Misioneros Monfortianos, con decreto (Prot. N. 39/54) del 16 de julio de 1955. El Decreto de Constitución de esta nueva Asociación unificada, de laicos, religiosos y clérigos, ha sido dado por la Sagrada Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el 26 de abril de 2001. En esa misma fecha fueron aprobados sus nuevos Estatutos. El día 22 de mayo de 2001, la Sagrada Penitenciaría comunicó la concesión de la Indulgencia Plenaria, en determinadas fechas, a los miembros que cumplan los Estatutos y ciertos requisitos. La Sede central está en Roma y conviene que haya Centros en diversos lugares del mundo.